OBSOLESCENCIA PROGRAMADA:
Deseo del consumidor de poseer algo un poco más nuevo, un poco mejor y un poco antes de lo necesario.
Esto es, la capacidad de crear productos con una vida útil estimada preestablecida y, por lo general, no demasiado larga. Gracias a ello, los consumidores nos vemos obligados a renovarlos en un tiempo más o menos determinado, permitiendo que la rueda del consumo nunca se pare.
Esto es, la capacidad de crear productos con una vida útil estimada preestablecida y, por lo general, no demasiado larga. Gracias a ello, los consumidores nos vemos obligados a renovarlos en un tiempo más o menos determinado, permitiendo que la rueda del consumo nunca se pare.
Uno de los primeros ejemplos de obsolescencia programada fue la BOMBILLA, las cuáles se fabrican para durar mil horas cuando podrían durar hasta 100 años.
Otro ejemplo podrían ser las medias de nilon las cuales eran casi irrompibles y dejaron de fabricarse porque las mujeres no necesitaban más.
Esto implica que los productos de todo tipo son creados y fabricados con fecha de caducidad, lo que quiere decir que los compramos sabiendo que en un corto periodo de tiempo se estropearán y tendremos que comprar uno nuevo.
Este terrible hecho medioambientalmente hablando, se justifica con la idea de que si los bienes de consumo fueran indestructibles o lo hicieran a muy largo plazo, el mercado de la economía se hundiría, no habría movimientos de mercado, la obsolescencia programada generaría empleo y beneficios a las empresas y comercios.
Todo esto ocurre a pesar de que un tratado internacional prohibe a los países del primer mundo enviar sus residuos electrónicos a los países del tercer mundo, por ello, lo envían como reutilizables, como si todos funcionaran cuando es completamente falso. Los declaran productos de segunda mano...
WEBGRAFÍA:
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